Continuamos hablando del Overclocking dentro de la serie de artículos sobre el procesador o CPU.
El concepto del overclocking es simple: Cambias la configuración en el BIOS para incrementar la velocidad del procesador, memoria, buses, etc., hasta que el sistema se vuelve inestable. Luego vuelves al paso anterior y reduces nuevamente la configuración hasta que el sistema vuelve a ser estable. De esta manera, encuentras la velocidad máxima estable del sistema.
Como cada procesador es diferente, aún aquellos con la misma especificación pueden terminar arrojando diferentes topes máximos de velocidad.
¿Por qué sucede esto? Debido a que durante el proceso de fabricación de los procesadores, aún siendo el mismo diseño, no siempre todos los procesadores terminan corriendo a la misma velocidad luego de las pruebas que le hacen a cada uno.
Lo que en esencia tratamos de explicar, es que tanto Intel como AMD, por citar los fabricantes más importantes, aplican el mismo diseño y proceso a cada procesador (dentro de una misma gama y familia), procurando que todos corran a la máxima velocidad, lo cual no ocurre siempre. De modo que si adquieres un chip establecido o especificado como de menor velocidad, en realidad tienes el mismo chip que aquellos que son más rápidos, solo que la compañía no garantiza que corran como aquéllos.
Siendo el mismo chip, algunos usuarios tienden a comprar los procesadores de menor velocidad (que también son los de menor precio) y realizan las pruebas pertinentes para saber si pueden correr a mayor velocidad. También se hace esto con los procesadores más rápidos, pero es más limitado el incremento en la velocidad (puesto que ya están cerca de su tope).
El punto clave es recordar que hay una diferencia entre la velocidad especificada por el fabricante y la verdadera máxima velocidad a que puede llegar el chip. La pregunta es ¿Cuál es la máxima velocidad? La única manera es probando, esto es, individualmente por medio del overclocking.
Saludos,
Marco Picón
